
Aunque la noche climatológicamente hablando era muy fría, no cabe duda que las voces del Coro de la Real e Ilustre Hermandad del Rocío de Huelva llenaron de calor toda la plaza de San Francisco cuando comenzaron entonando la Salve de la Hermandad, cuyo autor es Paco Millán, a nuestro Bendito Simpecado, acabando el Hermano Mayor, Emiliano Cabot dando Vivas mientras los aplausos del público congregado no cesaban.

Como es tradicional, continuaron con un grupo de sevillanas y una Zambomba que se prolongó hasta mucho después de las doce de la noche ya dentro de nuestra Casa, lo que puso de manifiesto la cordialidad que reina entre las dos hermandades.
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