Al toque de campana, a las doce
de la noche, sólo a la luz de las velas de la Carreta que porta el
Simpecado, se escuchó de nuevo la
Salve en la
Casa Hermandad del Rocío de Isla Cristina, corriendo a cargo
de PEPE EL MARISMEÑO, acompañado a la guitarra por Salvador Herrero, y sólo
podemos calificar de "magistral" lo que pudieron escuchar todas las
personas que allí se habían reunido.
Pepe El Marismeño se dejó el alma
cantando no sólo la Salve
de Manuel Preja Obregón sino, también, con la infinidad de sevillanas que
dedicó a Nuestra Madre del Rocío rompiendo sólo el silencio de la noche las
ovaciones que una y otra vez le pedían que siguiera. Sin duda alguna, la magia
rondó por la Plaza
de San Francisco gracias a él.
Francisco Amorós, Presidente de la Hermandad , con Salvador
Herrero
Pepe El Marismeño con el guitarrista Salvador Herrero,
el Hermano Mayor Juan Vázquez y el Presidente Francisco Amorós.